Javier Vinuesa señala la complejidad del sistema fiscal para grandes patrimonios y empresas familiares | El Confidencial
El Gobierno busca atraer a nuevos contribuyentes con alto poder adquisitivo mientras intensifica la presión sobre las grandes fortunas ya residentes.
El Impuesto sobre el Patrimonio es una de las principales preocupaciones para las grandes fortunas. “España es uno de los pocos países que lo mantiene. Para quienes se trasladan a nuestro país, la prioridad suele ser planificar el impacto de un tributo cuyo tipo marginal puede alcanzar el 3,5%”, explica Javier Vinuesa, socio de Gómez-Acebo & Pombo.
En paralelo, la Ley Beckham —mejorada para atraer a impatriados con alto poder adquisitivo— convive con un aumento del control tributario y de las inspecciones a los grandes contribuyentes. Una combinación que busca aumentar la recaudación sin perder atractivo internacional.
Vinuesa apunta también la necesidad de simplificar el régimen de la empresa familiar, “cuya complejidad normativa y requisitos formales dificultan en ocasiones su cumplimiento”, y considera “deseable acometer una simplificación que aporte mayor seguridad jurídica”.
El reto de Hacienda pasa ahora por mantener el equilibrio entre atractivo y certidumbre, sin poner en riesgo la llegada de nuevos inversores.
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